sábado, 19 de junio de 2010

CIEGOS DE TRISTEZA


Hoy es un día triste para todos los que amamos la literatura, ayer murió a los 87 años de edad el gran escritor José Saramago, escritor portugués de nacimiento pero español de sentimiento, que nos ha dejado tras una temporada en la que estaba muy delicado de salud….una muerte que por esperada no es menos sorprendente e inesperada, una muerte que nos entristece a todos porque poco a poco la literatura universal se va quedando huérfana. Hoy todo el mundo llora por la muerte de Saramago pero especialmente ese pueblecito de Lanzarote donde el mar hoy decidió quedarse en silencio y los pájaros han decidido abandonar sus trinos por un día para entonar un réquiem por su ciudadano tan ilustre.

Porque para mi el nombre de José Saramago estaba asociado a literatura, de la buena, de la que te hace pensar, de la que no te deja indiferente, pero sobre todo José Saramago estaba unido con la palabra COMPROMISO, con la palabra LIBERTAD, porque José Saramago siempre luchó por todo aquello en lo que creía, y combatió con su arma más poderosa, las palabras, contra todo aquello que no le gustaba y le parecía injusto….

Siempre guardaré en mi memoria una imagen de Saramago que se me quedó grabada en un momento en el que yo estaba especialmente indignado, cabreado, un momento en el que no podía entender nada de lo que estaba pasando en mi país….esa escena se remonta a una manifestación que se celebró en Madrid y a la que yo asistí para gritar en voz alta un NO A LA GUERRA!!! Al final de la manifestación José Saramago leyó un manifiesto y yo me sentí más reconfortado y me fui a casa con la satisfacción de saber que al menos TODOS estábamos luchando para que se nos oyese, que todos estábamos unidos para defender la vida y decirle a nuestro gobierno de entonces que estábamos en contra de esa decisión tan atroz…jamás olvidaré esa imagen de Saramago ni sus palabras que me llegaron a emocionar…y que siempre guardaré en mis oídos. Este es el texto que se leyó…..

TEXTO ÍNTEGRO leído por el Premio Nobel de Literatura JOSE SARAMAGO en la manifestación contra la guerra en Madrid el pasado 15 de marzo/03:


A PARTIR DE HOY YA NO SE TRATARÁ SIMPLEMENTE DE DECIR "NO A LA GUERRA", SE TRATARÁ DE LUCHAR TODOS LOS DÍAS Y EN TODAS LAS INSTANCIAS PARA QUE LA PAZ SEA UNA REALIDAD, PARA QUE LA PAZ DEJE DE SER MANIPULADA COMO UN ELEMENTO DE CHANTAJE EMOCIONAL Y SENTIMENTAL CON QUE SE PRETENDE JUSTIFICAR GUERRAS.


JOSE SARAMAGO

PREMIO NOBEL DE LITERATURA


Ellos creían que nos habíamos cansado de protestas y que les habíamos dejado libres para seguir en su alucinada carrera hacia la guerra. Se equivocaron. Nosotros, los que hoy nos estamos manifestando, aquí y en todo el mundo, somos como aquella pequeña mosca que obstinadamente vuelve una y otra vez a clavar su aguijón en las partes sensibles de la bestia. Somos, en palabras populares, claras y rotundas para que mejor se entiendan, la mosca cojonera del poder.


Ellos quieren la guerra, pero nosotros no les vamos a dejar en paz. A nuestro compromiso, ponderado en las conciencias y proclamado en las calles, no le harán perder vigencia y autoridad (también nosotros tenemos autoridad) ni la primera bomba ni la última que vengan a caer sobre Irak.


No sigan los señores y las señoras del poder que nos manifestamos para salvar la vida y el régimen de Sadam Hussein. Mienten con todos los dientes que tienen en la boca. Nos manifestamos, eso sí, por el derecho y por la justicia. Nos manifestamos contra la ley de la selva que Estados Unidos y sus acólitos antiguos y modernos quieren imponer al mundo. Nos manifestamos por la voluntad de paz de la gente honesta y contra los caprichos belicistas de políticos a quienes les sobra en ambición lo que les va faltando en inteligencia y sensibilidad.


Nos manifestamos en contra del concubinato de los Estados con los super-poderes económicos de todo tipo que gobiernan el mundo. La tierra pertenece a los pueblos que la habitan, no a aquellos que, con el pretexto de una representación democrática descaradamente pervertida, al final les explotan, manipulan y engañan. Nos manifestamos para salvar la democracia en peligro.


Hasta ahora la humanidad ha sido siempre educada para la guerra, nunca para la paz.


Constantemente nos aturden las orejas con la afirmación de que si queremos la paz mañana no tendremos más remedio que hacer la guerra hoy. No somos tan ingenuos para creer en una paz eterna y universal, pero si los seres humanos hemos sido capaces de crear, a lo largo de la historia, bellezas y maravillas que a todos nos dignifican y engrandecen, entonces es tiempo de meter mano a la más maravillosa y hermosa de todas las tareas: la incesante contrucción de la paz. Pero que esa paz sea la paz de la dignidad y del respeto humano, no la paz de una sumisión y de una humillación que demasiadas veces vienen disfrazadas bajo la mascarilla de una falsa amistad protectora.


Ya es hora de que las razones de la fuerza dejen de prevalecer sobre la fuerza de la razón. Ya es hora de que el espíritu positivo de la humanidad que somos se dedique, de una vez, a sanar las innúmeras miserias del mundo. Esa es su vocación y su promesa, no la de pactar con supuestos o auténticos "ejes del mal".


Amenamente estaban Bush, Blair y Aznar charlando sobre lo divino y sobre lo deshumano, seguros y tranquilos en su papel de poderosos hechiceros, expertos en trucos de trilero y conocedores de eméritos de todas las trampas de la propaganda engañosa y de la falsedad sistemática, cuando en el despacho oval donde se encontraban reunidos irrumpió la terrible noticia de que los Estados Unidos de América del Norte habían dejado de ser la única gran potencia mundial. Antes de que Bush pudiera asestar el primer puñetazo en la mesa, vuestro presidente José María Aznar se dio prisa en declarar que esa nueva gran potencia no era España. "Te lo juro, George", dijo. "Mi Reino Unido tampoco", añadió rápidamente Blair para cortar la naciente suspicacia de Bush. "Si no eres tú y tú no eres, ¿quién es entonces?", preguntó Bush. Fue Colin Powell, mal creyendo él mismo en lo que estaba pronunciando su propia boca, quien dijo "La opinión pública, señor presidente".


Ya habéis comprendido que esta historieta es un simple invento mío. Os pido por tanto que no le deis importancia. Pero sí la tiene que lo que ya es una evidencia para todos, la más exaltadora y feliz evidencia de estos conturbados tiempos: los hechizeros de Bush, Blair y Aznar, sin quererlo, sin proponérselo, nada más que por sus malas artes y peores intenciones, han hecho surgir, espontáneo e incontenible, un gigantesco, un inmenso movimiento de opinión pública. Un nuevo grito de "No pasarán", con las palabras "No a la guerra", recorre el mundo.


No hay ninguna exageración en decir que la opinión pública mundial contra la guerra se ha convertido en una potencia con la cual el poder tiene que contar. Nos enfrentamos deliberadamente a los que quieren la guerra, les decimos "NO", y si aún así siguen empecinados en su demencial afán y desencadenan una vez más los caballos del apocalipsis, entonces les avisamos desde aquí que esta manifestación no es la última, que continuaremos las protestas durante todo el tiempo que dure la guerra, e incluso más allá, porque a partir de hoy ya no se tratará simplemente de decir "No a la guerra", se tratará de luchar todos los días y en todas las instancias para que la paz sea una realidad, para que la paz deje de ser manipulada como un elemento de chantaje emocional y sentimental con que se pretende justificar guerras.


Sin paz, sin una paz auténtica, justa y respetuosa, no habrá derechos humanos. Y sin derechos humanos -todos ellos, uno por uno- la democracia nunca será más que un sarcasmo, una ofensa a la razón, una tomadura de pelo. Los que estamos aquí somos una parte de la nueva potencia mundial. Asumimos nuestras responsabilidades. Vamos a luchar con el corazón y el cerebro, con la voluntad y la ilusión. Sabemos que los seres humanos somos capaces de lo mejor y de lo peor. Ellos (no necesito ahora decir sus nombres) han elegido lo peor. Nosotros hemos elegido lo mejor.


Que descanse en paz, siempre nos quedarán sus libros, sus frases, sus pensamientos, su recuerdo, siempre nos quedará en nuestra memoria, porque como muy bien decía Saramago, “somos la memoria que tenemos”, la memoria con la que siempre te recordaremos….

Hoy os invito como homenaje a recordar algunas de sus frases más célebres con las que nos podríamos detener a reflexionar días enteros, porque como bien decía: "Sólo si nos detenemos a pensar en las pequeñas cosas llegaremos a comprender las grandes".

Espero que las disfrutéis y os hagan reflexionar un poquito….

"El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir"

"Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos, sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir"

"Si las conociéramos, las cosas del cielo tendrían otros nombres"

"La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva"

"Sí, soy pesimista, pero yo no tengo la culpa de que la realidad sea la que es"

"Me gustaría escribir un libro feliz; yo tengo todos los elementos para ser un hombre feliz; pero sencillamente no puedo. Sin embargo hay una cosa que sí me hace feliz, y es decir lo que pienso"

"En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona"

"El caos es un orden sin descifrar"

"No encontró respuesta, las respuestas no llegan siempre cuando uno las necesita, muchas veces ocurre que quedarse esperando es la única respuesta posible"

"He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro"

"El éxito a toda costa nos hace peor que animales"

"Antes nos gustaba decir que la derecha era estúpida, pero hoy día no conozco nada más estúpido que la izquierda"

"El bien y el mal no existen en si mismos, y cada uno de ellos es sólo la ausencia del otro"

"Es mentira que el Nobel sirva para fomentar la literatura del país al que pertenece el galardonado. Para lo único que vale es para engrosar la cuenta corriente del autor"

"La vejez empieza cuando se pierde la curiosidad"

"Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran"

"Cuanto más te disfraces más te parecerás a ti mismo"

"La mejor manera de defender los secretos propios es respetando los ajenos"

"El tiempo no es una cuerda que se pueda medir nudo a nudo, el tiempo es una superficie oblicua y ondulante que sólo la memoria es capaz de hacer que se mueva y aproxime"

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